Capitán Medina

El "Capitán" Medina es otro gran amigo que debo presentar. Deportista nato, se precia de practicar o haber practicado la casi totalidad de deportes del mundo occidental. Hace años era alto y flaquillo como yo, pero se metió en el gimnasio y a base de comerse una media de dos pollos diarios me sacó espalda y media. Actualmente se ha moderado bastante y ha pasado a su dieta pre-gimnasio: pollo y tres cuartos diarios. Esto me obliga a aclarar que hay dos grupos bien diferenciados de gente en el grupo: los que se comerían un cerdo entero y los que no. Evidentemente el "capitán" es de los del cerdo entero; también yo, Paiz y Fernando entramos en ese selecto grupo, aunque el paso del tiempo nos ha hecho más conservadores (excepto a Paiz, insigne comedor de inacabable estómago que será protagonista de un post para él solito).

Siguiendo con el tema deportivo, el chaval es la única persona que conozco que, tras sufrir DOS neumotórax, fue capaz de pegarse un veranito entero empujando una roca enorme por el fondo de la playa hasta el rompeolas. Ante las caras de estupor general, intentaré explicarme un poco mejor: íbamos días completos a la playa y nos aburríamos, así que buceando un poquillo encontramos una roca de tamaño y peso moderados cerca de la orilla de una playa llenita de arena. Ante tal agravio contra la fina arena, se decidió de forma unánime llevar la molesta roca hasta un rompeolas a unos 100 metros de distancia. Debido a su peso y tamaño no se podía llevar nadando, sino únicamente arrastrándola por el fondo, lo que llevó al "capitán" y a otro pecoso amigo (del que hablaré en otro post) a ofrecerse voluntarios para, día tras día, ir acercando un poco más la roca a su ansiado destino. Debo decir que la historia tiene un final feliz, y que llegando septiembre la roca se abrazaba efusivamente a sus compañeras marítimas.

El "capitán" es moreno, tirando a negruzco en verano. Es increible la cantidad de rayos de sol que es capaz de acaparar este chico. Pero este moreno no es su lado oscuro (maldito estreno de la guerra de las galaxias, le tiene a uno trastornado), lo malo del "capitán" es que es un mandón (lo de "capitán", por si alguna mente perspicaz no lo había notado, es un mote - ojo a las "comillas" - ). Él es una persona flexible siempre que hagas lo que él quiere que hagas... si no, tú tranquilo: "Yo voy a ir a la discoteca X. Ustedes vayan a donde les dé la gana"... Como ven, múltiples opciones para dejar libertad de elección a los amigos (lo peor es que, si lee esto, dirá: "¡pero es verdad!¡Yo no les obligo a ir a ningún lado!").

Madridista confeso, lo que le lleva a múltiples enfrentamientos dialécticos con Don Pérez (Barcelonista cerrado), el capitán habla de fútbol como un sabio (bueno, cualquier persona a la que le guste el fútbol cree que sabe más que nadie de fútbol). Además habla de coches, y de fútbol... ¿he nombrado los coches?... Sí, hay otra gran losa (para los demás) en su personalidad: el chico es un poquito insistente. Podríamos decir que le gusta dejar las cosas bien claras y ataditas. Recordaré siempre una gran dedicatoria que le hizo Don Pérez por su cumpleaños, que decía más o menos:

Levítico 21.3: ...Y Abraham dijo a su pueblo: "Debemos cruzar el desierto"... y no paró de repetírselo una y otra vez durante los 40 años que duró el camino.

El "capitán" es un gran amante de las actividades al aire libre: es el "señor fogata". En un cumpleaños le regalamos un hacha para que pudiera cortar madera en las chuletadas-asaderos, acampadas y similares. En una ocasión en la que llovía a chaparrón en el monte, un numeroso grupo se acercó asombrado (y envidioso, todo hay que decirlo) al hermoso fuego que había preparado en media horita bajo la lluvia. Definitivamente, si me tuviese que llevar tres objetos a una isla desierta, seguro que uno de ellos era el "capitán".

Me queda mucho por decir del "capitán", como hablar de las dos mujeres que más quiere del mundo... pero tendré que continuar en otro momento.